domingo, 18 de abril de 2010

Simplemente dos

Ocaso

Entre el azul, dorado y carmesí...
Ahí en el cielo encuentro el lugar para mí,
ahí en el cielo, como las nubes, mi corazón de cubre de sangre,
ahí en el cielo, mis lágrimas se unen con mis risas
ahí en el cielo... muero, como muere el dia,


En el cielo hay Ocaso y en mi alma también.



Silencio
Mucho me he lamentado, gritos en el silencio de mi alma,
Lagrimas en el desolado desierto de mi pena,
La garganta destrozada y los ojos secos...
¿Qué más queda sino silencio y soledad?
¿Qué mas sino la desolación de mi alma?
¿Qué mas sino el dolor?
¿Qué mas sino la muerte?

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