martes, 20 de abril de 2010

Dulce Pesadilla

Sueño cada noche envuelta en tibieza
cobijada por la luz plateada de las estrellas
la bóveda azul profundo cubre mi cabeza
y el rocío contiene mis febriles visiones.

Mas ¡hay! ni las lágrimas de la noche
evitan que te evoque en mi locura
recuerdos que me llevan de la mano
y vuelvo a verte...

Mi corazón danza frenético
al roce de tus manos,
con el sabor de tus labios,
el aroma de tu aliento,
la tibieza de tu piel,
el timbre de tu voz.
Mas sólo son recuerdos.

Eso me queda de ti: una noche en mi memoria.

Mis sueños inclementes te invocan
y en mis labios tu nombre,
adorado, añorado, deseado... y tan distante.
Lejos de mí, dolorosamente inalcanzable.

En mis horas de delirio nocturno
vuelvo a tenerte de nuevo
¡pobre de mí!
mis dulces sueños en pesadillas de vuelven.

Te alejas sin mirarme,
suplico... no me escuchas,
intento tocarte, mas eres etéreo,
derramo lágrimas y no puedes verlas.
Cada noche te pierdo...
cada nueva luna estás más lejos de mi...

Despierto con el dolor instalado en mi pecho
los ojos húmedos y ardientes,
me revuelvo en mi lecho
abrazándome como lo hicieras tú en mis sueños
convenciéndome que fue una pesadilla.

Sueño cada noche envuelta en tibieza
cobijada por la luz plateada de las estrellas
la bóveda azul profundo cubre mi cabeza;
me sumiré en sueños de dulzura infinita
y luego caeré...
caeré en la amargura sin fin de una pesadilla.

Dulce amargura, eres bienvenida
llévame de nuevo a sus brazos.

lunes, 19 de abril de 2010

Naomi

Hace exactamente dos meses fue el día más feliz de mi vida y la responsable de eso es una personita que llegó para darme felicidad, a la que escribí este pequeño pensamiento mientras la veía dormir.

Pequeño ser, luz diminuta, sonrisas escondidas, una razón de vida.
¿Cuánto más puedes ser?
La alegría en medio de la inmensidad, una luz que guía en medio de la tempestad, la risa que creía olvidada, mi fierza que pensaba agotada, la fragilidad convertida en fortaleza, la calidez que disipa el invierno, un llanto en medio del silencio anunciando la vida, vida que surgió de mi.
Todo esto y mucho más eres mi pequeñita, mi hija: Naomi.

domingo, 18 de abril de 2010

Simplemente dos

Ocaso

Entre el azul, dorado y carmesí...
Ahí en el cielo encuentro el lugar para mí,
ahí en el cielo, como las nubes, mi corazón de cubre de sangre,
ahí en el cielo, mis lágrimas se unen con mis risas
ahí en el cielo... muero, como muere el dia,


En el cielo hay Ocaso y en mi alma también.



Silencio
Mucho me he lamentado, gritos en el silencio de mi alma,
Lagrimas en el desolado desierto de mi pena,
La garganta destrozada y los ojos secos...
¿Qué más queda sino silencio y soledad?
¿Qué mas sino la desolación de mi alma?
¿Qué mas sino el dolor?
¿Qué mas sino la muerte?